pequeña foto*-*-*-
Kilómetros. Miles de kilómetros recorridos para encontrarse con ese paisaje. Esperaban mucho menos, una ciudad avejentada quizás, no aquel espíritu pacífico y a la vez impetuoso, que observaban en silencio desde lo alto de aquella plaza. Por unos momentos ninguno de ellos habló, maravillados y apesadumbrados, conscientes de que aquellos instantes eran los últimos, finalmente. Tanta belleza simple los conmovía inexplicablemente, y justo en el momento menos oportuno; se miraron con tristeza y uno de ellos les recordó - en un intento de convencerse a si mismo- que todo lo que habían planeado era necesario, por lo tanto debía ser llevado a cabo.- No se puede cambiar el destino , ni el de nosotros ni el de ellos- murmuró en voz baja, sin embargo sus palabras sonaron como un alarido retumbante.
El más alto observó a la pareja. Se abrazaban, culpables, riendo. Tragó saliva con dificultad, su mirada se volvió del color del petróleo, su alma se ensució por toda la eternidad. Apuntó hacia la cabeza del joven, que se desplomó mientras la chica lo miraba incrédula y cada fibra de su ser reclamaba.-¿Por qué?- .
-Nadie es inocente de amar- contesto el hombre de camisa blanca, y disparando silenció las lágrimas aun tibias que bañaban un rostro cualquiera - único - para ellos.
La tarde paralizada de horror siguió avanzando. Los cuatro individuos miraban el cielo. Al cabo de unos minutos se dispersaron, desdibujándose de a poco y fundiéndose dentro de las personas que distraídas todavía paseaban.
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Autora: La Brujita Roja ;)
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