Las llaves de las bovèdas de los cementerios no tienen inscripciones. Cada cuidador sabe intuitivamente a que Boveda corresponde cada llave.
Sin embargo, cuando un nuevo cuidador comienza su tarea en el cementerio se lo someten a atroces pruebas de las cuales nadie tiene certeza cuantos son capaces de sobrellevar.
Mi camara fue capaz de captar una de estas pruebas, pero ...mi vida no resistiò.
El castigo de la vida por molestar a estos cuidadores de puertas, fue la muerte. Pero la misma muerte que te hace revivir en vida una y mil veces, una muerte necesaria que te ayuda a crecer...
Hoy, ellos siguen cuidando puertas y yo, desde lo mas alto del cementerio...los miro, los observo ayudandolos un poco ...a evitar....que se queden encerrados...en la boveda de alguna familia...de doble apellido.
(Cementerio de La Recoleta, Buenos Aires - Argentina - Octubre 2005)
(Los exquisitos.estan invitados a encontrar el mensaje secreto escondido en la pared del fondo de esta fotografia)
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